El 8, las mujeres gitanas no cuidamos, no fregamos, no trabajamos. Si paramos las mujeres, se pararía el mundo.
La realidad es que la mayoría de las mujeres gitanas trabajamos en empleos precarios o no remunerados porque el mercado laboral es antigitano.
Las mujeres gitanas valemos para todo. Cargamos a nuestras espaldas el peso de nuestras familias, de nuestros barrios, de nuestro Pueblo. Arrastramos el lastre de una sociedad patriarcal y antigitana para sacar adelante a los nuestros.
Cuanto aguantarían los hombres sin la otra parte de la humanidad cuyo trabajo explotan sin remuneración ni valoración. Necesitamos que los cuidados sean responsabilidad de tod@s sin importar el género y/o el sexo pero también necesitamos trabajo digno y derechos laborales para migrantes y gitanas.
El 8, las mujeres gitanas no cuidamos, no fregamos, no trabajamos. Si paramos las mujeres, se pararía el mundo.
La realidad es que la mayoría de las mujeres gitanas trabajamos en empleos precarios o no remunerados porque el mercado laboral es antigitano.
Las mujeres gitanas valemos para todo. Cargamos a nuestras espaldas el peso de nuestras familias, de nuestros barrios, de nuestro Pueblo. Arrastramos el lastre de una sociedad patriarcal y antigitana para sacar adelante a los nuestros.
Cuanto aguantarían los hombres sin la otra parte de la humanidad cuyo trabajo explotan sin remuneración ni valoración. Necesitamos que los cuidados sean responsabilidad de tod@s sin importar el género y/o el sexo pero también necesitamos trabajo digno y derechos laborales para migrantes y gitanas.
Necesitamos una lucha feminista sin brecha racial. Imagina un mundo en el que el poder y las políticas de género fueran exclusivas para mujeres gitanas y para las payas se ideasen Planes de Desarrollo Payo específicos que solo perpetúen su situación de subalternidad, que cada vez que una paya entrase en la universidad diéramos la enhorabuena a la “primera paya universitaria”, que no existieran payas en ningún puesto de dirección, que los empleos más precarios y sin derechos fueran para las payas, que en la mayoría de colegios las payas no titulasen y culpáramos de ello a los padres payos, que en los bares no se dejara pasar a payos, que la única representación en la televisión fuese a través de Payos Kings, que las payas fueran sospechosas de delincuentes por ser payitas…
Pues así llevamos toda la vida las gitanas, aguantando el racismo payo/blanco.
Como podemos parar todas, como podemos luchar todas si el racismo y el antigitanismo está en todas partes y nos condiciona la vida y la lucha.
Aunque las payas cis rompan el techo de cristal o la brecha salarial, jamás unos feminismos para todas si no rompemos la brecha racial. Una brecha que nos sitúa en lugares muy distintos en la educación, el mercado laboral, los derechos políticos y sociales, la salud. Pero que también nos sitúa en lugares distintos dentro de los feminismos, en los feminismos con poder en las instituciones y en los feminismos de base. Las demandas y preocupaciones de mujeres gitanas no son escuchadas nunca, solo se nos llama para dar la nota de color y si nos quejamos antes, si no ni eso. Se dice recoger nuestras propuestas, pero nunca se traduce en políticas reales para las mujeres gitanas.
En los movimientos feministas se nos llama para marchar o hablar el 8M pero el resto del año se olvidan de nosotras e intentan invisibilizarnos y callarnos. Demandas de caras gitanas para fingir que importa el racismo, para sacar la foto que permita seguir haciendo y legitimando políticas antigitanas el resto del año.
Nosotras nos plantamos, en este 8M paramos no solo ante el patriarcado y el racismo, también ante el feminismo hegemónico que nos quiere borrar.
¡Si eres migrante y trabajas en los cuidados! Que cuiden tus empleadoras payas y explotadoras
¡Si eres gitana y aguantas el peso del antigitanismo! Que se encarguen los payos asistencialistas que viven del antigitanismo.
¡Si eres trans y estás cansadx de debatir con quien te quiere calladx! Que hagan los peores trabajos en las peores condiciones y cuiden las “dueñas del feminismo”.
El 8, nos plantamos las esenciales, invisibilizadas y explotadas.