03/11/2017
De nuevo, la Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad (AGFD) se ve en la obligación (ética, moral, política y cultural) de contestar a la última declaración aparecida en “elsaltodiario.com” (30/10/2017) en la que don Alberto Ibáñez, Secretario de Inclusión del Gobierno Valenciano, se jacta y se inviste de ética, transparencia y dignidad política izquierdista para defenderse de la acusación de apropiación política de nuestro trabajo. Pues bien señor Ibáñez, hablemos en esos términos:
Desde AGFD nos sentimos plenamente vindicadas y totalmente traicionadas con sus propias declaraciones, de modo que utilizaremos sus propias palabras para denunciar una vez más el robo del que hemos sido víctimas por parte suya y de su equipo.
Por ejemplo, cuando usted afirma, no sin razón, que el tema del feminismo romaní ha estado históricamente excluido de la agenda política valenciana, está usted admitiendo uno de los hechos más reales del texto. Usted sabe que si está en la agenda precisamente ahora no es mera coincidencia, ni el fruto de su larga y dedicada militancia de feminista gitana. Nosotras llevamos años insistiendo en la necesidad de marcar este tema en las agendas políticas de gobiernos de izquierdas como el suyo. Es más, si se llegó a presentar en las Cortes Valencianas a través de una compañera/aliada de Podem (Llum Quiñonero) fue únicamente por este ingrato trabajo nuestro de educación de payos parlamentarios. Sólo por eso aparece el tema del feminismo romaní en su agenda política.
Nos sorprende de manera insólita que no sea capaz de reconocer que fue Gitanas Feministas quien le hizo entrega de los documentos con la propuesta material, elaborada con todo tipo de detalles acerca de este evento, una propuesta que discutimos en la ya citada reunión mantenida con usted y con Llum Quiñonero (le refresco, por si la ha olvidado también, el día 15 de julio de 2016, dos meses antes de la sesión de las Cortes del 15 de septiembre de 2016). En su comunicado usted se escuda detrás de un mandato de las Cortes Valencianas que se limitan a seguir, pero curiosamente olvida mencionar el origen real de la iniciativa. Dice que nos contactan hace un par de semanas para ofrecernos organizar un taller dentro de unas jornadas que otros organizan, pero olvida mencionar de dónde salían la idea y el programa, a pesar de tener la documentación en su poder. Podemos probarlo.
En cuanto a los valores de transparencia y concurrencia (a las líneas subvencionables para actividades) de los que usted se jacta tanto, déjenos que le refresquemos la memoria sobre los acuerdos a los que llegamos con usted en dicha reunión. Usted mismo indicó que esta temática no tenía cabida en sus líneas de subvención presentes, por lo que sugirió que ustedes aparecerían como patrocinadores y AGDF como organizadoras del Congreso -ya que usted mismo reconoció en aquella reunión que la producción nos pertenecía a las Gitanas Feministas.
Sigamos con su comunicado en el diario, usted afirma que el tema del feminismo gitano no pertenece en exclusividad a nuestra organización y que ustedes buscan la máxima inclusión de voces en los eventos organizados por la administración. Pues bien, este no es un evento organizado por su administración. Es un programa apropiado, una iniciativa robada por su departamento a una pequeña organización gitana que, por supuesto, tiene como misión difundir esta causa y no bloquear espacios de reivindicación. Es más, nuestro compromiso es prioritario con aquellas voces que nunca tendrían a su servicio la maquinaria publicitaria de las organizaciones payas hegemónicas. Pero, por supuesto, el cómo se difunde el mensaje es también parte inseparable de la causa del feminismo gitano y denunciaremos, hasta las últimas consecuencias, el extractivismo payo al que se ha sometido este tema.
Nos hemos sentido profundamente traicionadas por nuestra administración, que secuestra nuestro trabajo, nos despacha con un vago correo de tres líneas, sin mayores explicaciones, que ignora sistemáticamente nuestras insistentes peticiones de aclaraciones y opciones alternativas, y que al final se pone la medalla política escudándose en el mandato de las Cortes Valencianas.
Quizás es más digno, transparente y ético revertir el escenario. Lo que vemos es cómo alguien, utilizando su poder de representante político, hombre y payo, “se adueña en exclusiva de algo que no le pertenece” para su propia gloria, y luego condescendientemente, ofrece la participación, eso sí, como actores y actrices secundarios en estas jornadas, a las redes clientelares de las que usted dispone en el territorio de Valencia (léase FSG y demás soldados rasos).
En su comunicado admite sin pudor haber pasado de incluir el tema en la agenda política y señala habernos invitado a última hora, como si se tratase de su cena, a formar parte de su red clientelar.
Por suerte nosotras (AGFD) podemos permitirnos, señor Ibáñez, decir que no, que no todo vale. No necesitamos formar parte de estos circuitos a toda costa, con los que ustedes solo fomentan la dependencia. Usted se jacta de su superioridad moral con respecto al Partido Popular porque dice no dar subvenciones a dedo. Lo que hace, en realidad es saltarse la propia Declaración Institucional de las Cortes Valencianas de Apoyo al Pueblo Gitano (2014), en la que se compromete “a promover el merecido reconocimiento institucional al pueblo gitano.” Y lo hace cuando se apropia del trabajo real de las gitanas feministas para convertirlo en una mera campaña de autopromoción, repartiendo la participación entre unas organizaciones que ni quieren ni se atreven a cuestionar la mano que las alimenta. Dudo que entienda que para nostras esto no es una cuestión de ponerse medallas, cortar cintas, echarse flores o salir en la foto. Es una cuestión básica de dignidad y de más que merecido reconocimiento institucional.
AGFD sabe y se reafirma al asegurarle a usted y a muchos como usted, que el escenario de irreversibilidad política en cuanto al tema del feminismo romaní protagonizado por nosotras, las Gitanas Feministas, ya es un escenario que ni usted ni nadie puede ya revertir.